La mirada siempre al frente.

viernes, 27 de marzo de 2015

Nos pasamos la vida pensando que si encontramos a esa persona con la que nos olvidamos de los problemas todo será mejor, pero la verdad es que no es cierto. Quizás unos problemas sí que los olvidemos, pero entonces aparecen otros con esa persona con la que se supone que todo tiene que ser perfecto, por lo menos cuando eres pequeño y te cuentan esas historias en las que dos personas se enamoran, siempre te dicen lo mismo '' y comieron perdices y fueron felices para siempre'', pero en realidad no nos cuentan lo que pasa cuando el narrador se va. Buscamos a esa persona con la que compartir nuestra vida, pasan los días y te das cuenta de que cada día que pasa te enganchas un poco más, y cuando te das cuenta, es demasiado tarde, tu felicidad ya depende de esa persona, y eso es en cierto modo un error que todos cometemos. He leído que cuando encuentras a esa persona especial, lo que se siente no es felicidad, es tranquilidad, y puede que sea verdad. Esa tranquilidad de saber que siempre que te caigas habrá alguien para recogerte, que cuando necesites ayuda tendrás una mano con la que contar, tranquilidad de saber que nunca más volverás a estar sola. Pero el problema empieza cuando esa tranquilidad empieza a dar paso al nerviosismo de no saber qué es lo que está fallando. Cuando la tranquilidad se va y empiezas a pensar en qué momento exacto empezó todo a cambiar. Cuando tu tranquilidad se va, coge de la mano a la felicidad que sentías estando con esa persona y se van sin avisar ni decir cuando volverán. Es entonces cuando empieza el tormento de culpabilizarte, de no dejar de pensar qué habría pasado si en vez de hacer esto, hubiera hecho eso... empiezas a plantearte muchas cosas, y la cabeza no está quieta, piensas en cómo era todo antes de que esa persona llegara a tu vida. Sabes que no cambiarías por nada los momentos con esa persona, pero te mata la idea de que todo se haya esfumado tan rápido como esa persona llegó a tu vida. Es entonces cuando te das cuenta de que el amor no es el cuento de hadas bonito que te contaban de pequeña. Es cuando ves que seguramente a cenicienta no le fue tan bien con el príncipe, cuando a lo mejor blancanieves decidió separarse de su amado por que no podían dejar de discutir...

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