La mirada siempre al frente.

miércoles, 24 de julio de 2013

-Hola
+Hola
-¿Cuánto tiempo no?
+Sí, supongo...
-¿Supones?
+Sí
-¿Y qué tal todo? Seguro que ya no te acuerdas de mí...
+Pues muy bien. No, la verdad es que no...
-Me lo imaginaba... pues yo no te he olvidado ni un solo segundo...
+Jajaja
-¿Por qué te ríes?
+¿Sabes?, me resulta irónico que me digas eso. Que me preguntes si todavía te recuerdo o si pienso en ti aún... Después de haberme dejado de hablar, de haberte ido de la noche a la mañana. De haberme hecho sentir muchas veces como una mierda sin motivo. También de haberme hecho sentir culpable de nuestra relación, porque no encontraba lógica a lo nuestro, si es que alguna vez pude llamarlo así...
¿Y qué quieres saber? Te contaré todo lo que me puedas preguntar. Pero después te puedes ir por el mismo camino que te fuiste aquella vez. Y si quieres despedirte puedes hacerlo, si no lo haces no se notará.
-...
+¿Sin palabras verdad?, así me quedé yo. Muchas preguntas, ninguna respuesta. Decepcionada como tú te sientes ahora. Aunque no me lo creo... Yo te quería, y te quería demasiado, tú nunca me has querido. Nadie puede dejar ir a una persona que quiere así sin más. Podrás tener mil razones, porque es así, pero quien se va sin razones, vuelve con excusas.
Y no... Yo no quiero que la misma historia se repita otra vez. No quiero que pases a ser otra vez lo que fuiste y volver a sufrir. Ahora soy yo la que no quiere luchar. Las oportunidades sólo pasan una vez en la vida. Te esperé mucho tiempo, lo suficiente para darme cuenta de que perdía el tiempo esperando a que regresaras.
Deduzco que ahora te das cuenta de todo: de que te sientes solo como yo me he sentido todo este tiempo, desde el momento en que te fuiste.
¿Te digo una cosa? Ahora es cuando me echas de menos.
-No sé qué decir...
+No digas nada, no hace falta. El mismo vacío que dejaste, va a seguir ahí.

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