La mirada siempre al frente.

lunes, 20 de mayo de 2013

Lunes, 20 de mayo de 2013


Hoy como todos los días me levanté, miré a mi alrededor y pensé en todo lo que había en mi cabeza en ese momento. Pensé en lo que me había pasado el fin de semana, en el verano, en mi futuro cumpleaños... Después de organizar todas esas cosas, me levanto de la cama y salgo a la cocina dispuesta a desayunar, ahí está el vaso de leche que muy amablemente me ha preparado mi madre, me lo bebo rápidamente, y después voy al baño a lavarme los dientes. Una vez hecho eso, vuelta a la habitación, hago mi cama,  cojo lo primero que veo y me lo pongo, a esas horas no me voy a poner a elegir que combina o no, y sinceramente me da igual que no lo haga. Una vez lista, preparo mi mochila con las asignaturas del día y un último vistazo a la habitación. Bajo por las escaleras que es lo más rápido y cómodo que hay de buena mañana. Hago el corto recorrido de mi casa hasta la esquina donde quedo con mi amiga, llego extrañamente pronto, miro el móvil, un whatsapp suyo en el que me dice que ya ha salido de casa, yo le respondo que ya estoy donde quedamos, la espero unos pocos minutos, cuando llega dos besos y hora de ir a clase. Charlamos de lo que hemos hecho los dos últimos días que no nos hemos visto, le pregunto cómo lleva los exámenes finales, y llegamos antes de lo normal a la puerta del instituto, esperamos a que la abran, y cuando la abren pasamos rápidamente. La acompaño al aula donde tiene el examen, y charlamos los pocos minutos que tenemos antes de que suene el timbre y nos separemos, sé que esta semana nos vamos a ver poco... Suena el timbre que indica el comienzo de las clases, llega su profesora y nos despedimos, le deseo suerte en su primer examen y me voy de camino a mi clase. Después de tres horas de clase mortales en las que en vez de atender, lo que haces es pensar en tus cosas mientras miras a los profesores y de vez en cuando asientes como si estuvieras entendiendo lo que dicen, en el patio estoy con otra amiga que viene a hacerme compañía, hablamos un poco de lo que hemos hecho en los últimos días, mientras ella acaba unos ejercicios, yo saco mi móvil y le mando un whatsapp para ver como le han ido los exámenes a mi otra amiga, me responde que bien, uno mejor que otro pero que está bastante contenta, yo por mi parte me alegro de sus noticias tan buenas. Suena el timbre, señal de que ha acabado el recreo, todavía me quedan cuatro largas horas por delante de clase... Las dos últimas horas se hacen eternas, pero charlando se hacen un poco más amenas. Por fin vuelvo a casa, llego y no hay nadie, a pesar de estar muerta de hambre, me gana el sueño y me echo en el sofá un rato. Duermo una hora o así y mi madre me hace la comida, me la como y me pongo a hacer unos ejercicios pendientes. Acabo los deberes y tengo que estudiar, aunque no estoy muy allá como para hacerlo, así que me lo dejo para luego. Y un rato después aquí estoy, escribiendo un poco mi día de hoy.

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